Farid Hadechini es un barranquillero de 37 años que comenzó su historia en el mundo de los tatuajes hace 7 años cuando creó MAR NEGRO, un estudio que se destaca por realizar ilustraciones con un alto nivel de detalle. Y este detalle se debe a su pasión y amor por el Diseño Gráfico y el arte, de donde surgió una inquietud creativa y una búsqueda personal que lo llevó a dejar atrás un trabajo convencional y empezar un proceso de experimentación y aprendizaje de nuevas disciplinas que lograran expresar una visión propia de esa pasión.
El estilo que lo caracteriza y que lo diferencia de los tatuadores tradicionales se encuentra dentro de la categoría Single Needle, un estilo de tatuaje que se hace con una sola aguja, con alta precisión, por lo general monocromático, y con un profundo grado de detalle de los trazos que se realizan, un método ideal para diseños minimalistas.
Para Farid tatuar responde más a una expresión artística y de diseño en constante evolución, y no necesariamente debe respetar todas las reglas o seguir el camino tradicional, “siento un gran amor por el diseño y busco, ante todo, poder expresar en mis tatuajes justamente esto, además de mi interés por el arte, la ilustración y la relación entre las manos como armas creadoras y traductoras de ideas mediante medios visuales”.
Mar Negro nació como respuesta a una búsqueda personal de un nuevo inicio que lo llevó a dejar de lado la aparente seguridad del mundo corporativo por la libertad e incertidumbre de desarrollar y encontrar su propia voz como creador y artista “elegí el nombre Mar negro porque sentí que mezclaba el caribe donde nací, el mar como una fuerza creativa que a todos nos mueve y nos inspira, y negro porque el 80% de mis diseños los protagoniza la tinta negra”, añade Farid Hadechini.
Al comienzo de su carrera como tatuador, tiempo en el que buscaba su propio estilo, encontró técnicas de muchos tatuadores en el mundo que le abrieron su mente y le dieron la idea de lograr técnicas y estilos fuera de lo clásico y tradicional, descubriendo que podía comenzar a construir su estilo propio con espacios diferentes para llegar al arte de tatuar, logrando una gran acogida por el público. Sus intereses personales fueron nutriendo su capacidad de creación e inspiración, obras como los grabados de Doré, las ilustraciones botánicas y científicas, la obra gráfica de Basquiat, y las instalaciones oníricas de Cai Guo-Qiang, son algunas de ellas.
Este camino elegido por Farid, ser un tatuador que va más allá del tatuaje, ha sido un camino de autodescubrimiento diario que lo lleva día a día a seguir construyendo MAR NEGRO, un espacio que se ha vuelto su hogar, su inspiración para hacer arte dibujando o acompañando los cuerpos de quiénes se tatúan de una manera más sutil y novedosa.
“El dibujo siempre ha hecho parte de mi vida, y en los últimos años fue tomando forma como vehículo de expresión de ideas. Llegué al mundo del tatuaje casi por azar y el aspecto que más resonó con mi proceso creativo fue la idea del cuerpo como lienzo en blanco que se puede decorar libremente, ya sea para contar historias o inmortalizar momentos, o por amor al diseño o una imagen en particular”, comenta Farid.
En MAR NEGRO no hay reglas, espacios ni momentos convencionales, es un lugar en el que se cuestionan todos aquellos lugares comunes a la hora de hacerse un tatuaje, y allí radica su especialidad, su manera de trazar y de inspirarse para crear. Una zona cálida y tranquila en donde una atmósfera llena de música, plantas, texturas, ilustraciones, pinturas y una buena charla ocupan un lugar muy importante para el momento de tatuar “MAR NEGRO es una constante evolución y búsqueda de mi propia voz, un espacio creado por alguien que ama lo que hace y que lo demuestra a través del arte de tatuar, es un laboratorio de creación artística”, agrega Farid.
Hadechini está en constante búsqueda y cambio, este año se quiere concentrar en llevar sus ilustraciones a colaboraciones con marcas, eventos y en seguir nutriendo su inspiración con viajes e inmersiones en diferentes culturas. Algo que le permite innovar y continuar su exitoso camino como tatuador “estoy seguro que como creadores existe una responsabilidad visual más allá de replicar sin un porqué, o trasfondo, y es lo que expreso a través del tipo de diseños que tatúo. Debemos tener la capacidad de ser permeables y cuestionar todo lo que nos rodea, arriesgarnos a tener dualidad, a ver todo desde diferentes puntos de vista,” agrega.
Su trabajo como tatuador, o mejor, como diseñador que hace tatuajes, tiene de especial precisamente eso: no son creaciones tradicionales, es un trabajo que va muy de la mano de la ilustración minimalista, puntillismo, siempre teniendo como fuerte el trabajo de línea muy delgada, imágenes simples pero directas, pasión con el estilo de grabados medievales, solo usando tinta negra para lograrlas. Un trabajo excepcional y único.
“Es en este lugar en donde habito, un nicho que busca experimentar y que concibe el tatuaje como una forma de expresión personal, pero también como un accesorio, un fashion ítem, una creación que puede realzar cierta parte del cuerpo o inclusive un estilo personal, así como hablar más sobre quiénes somos y cómo queremos mostrarnos, es ahí donde mis creaciones ayudan a expresar exactamente eso que mi cliente quiere decir”, finaliza Hadechini.
FARID HADECHINI
ESTUDIO PRIVADO DE TATUAJE Y DISEÑO
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*Comunicado de prensa