El auge de las momfluencers —madres que comparten su experiencia de crianza en redes sociales— está transformando el consumo digital en América Latina. En el marco del mes de las madres, estas creadoras de contenido se posicionan como voces clave en la conversación sobre infancia, consumo y vida familiar, moldeando la forma en que se recomiendan, compran y valoran los productos para la infancia.
Desde TikTok hasta Instagram, estas mujeres convierten su vida cotidiana en plataformas de influencia comercial, conectando con audiencias masivas a través de contenidos que mezclan recomendaciones cercanas, experiencias reales y consejos de crianza de niños de la Generación Alpha.
A diferencia de la publicidad tradicional, sus publicaciones generan un activo más poderoso: confianza. Desde reseñas de pañales ecológicos hasta recetas caseras o juguetes de estimulación temprana, se han convertido en referentes para otras madres que buscan orientación auténtica, sin filtros.
Según datos de TikTok, los hashtags #momsoftiktok y #momtok suman más de 37 millones y 7.6 millones de publicaciones, respectivamente. Esto confirma no solo la magnitud del fenómeno, sino su vigencia en el ecosistema digital. En América Latina, estas creadoras no solo muestran estilos de vida aspiracionales, sino rutinas reales, llenas de desafíos, cansancio y también comunidad.
“El impacto de las ‘momfluencers’ en nuestra región radica en su capacidad de conectar desde la experiencia real, con un lenguaje directo, y transformar esa vivencia en comunidades activas que confían en sus recomendaciones. Son referentes de opinión dentro del hogar digital, lo que las posiciona como figuras fundamentales en las estrategias de marketing de muchas marcas”, señala Eduardo Núñez, Influencer Marketing Director de LATAM en another, la agencia de comunicación estratégica con mayor oferta de servicios en América Latina.
Los sectores que más se benefician de este fenómeno incluyen productos de higiene infantil, fragancias, alimentos para bebés, gadgets de estimulación cognitiva, experiencias sensoriales y servicios de bienestar familiar; y son cada vez más marcas están construyendo ecosistemas completos en torno a estas creadoras, diseñando campañas que dejan de girar en torno al producto, sino en torno a la historia personal de quien lo recomienda.
En Colombia, ejemplos como Valentina Zuluaga (@vale_nutrirse), nutricionista y mamá que promueve una crianza basada en la alimentación consciente, o Alejandra Vega (@alevegavalencia), creadora que muestra con humor y realismo los retos de la maternidad, reflejan cómo estas voces se han convertido en referentes confiables. Ambas han cultivado comunidades activas que valoran el contenido auténtico por encima de la estética perfecta, estableciendo vínculos de confianza que trascienden la pantalla.
En un entorno de publicidad, estas influenciadoras llenan el vacío con contenidos que generan identificación y empatía. Para muchas madres, ver a otra mamá lidiar con los mismos retos — berrinches, cansancio, aprendizaje temprano, culpa — va más allá del entretenimiento, se convierte en un refugio, asegura el experto.
“Compartir en línea se ha vuelto una forma de recuperar el control y resignificar la maternidad, especialmente en un contexto donde el trabajo de cuidado sigue siendo invisible. Las mamás influencers han logrado visibilizar esa labor y capitalizarla sin renunciar a su autenticidad”, agrega Núñez.
En paralelo, varios países de América Latina han comenzado a implementar o discutir marcos regulatorios para proteger a la infancia en el entorno digital. En Colombia, se propuso en 2025 un proyecto de ley que regula la industria de creadores de contenido y restringe el acceso de menores de 14 años a redes sociales sin consentimiento parental.
Este nuevo panorama normativo está redefiniendo el rol de las figuras parentales —particularmente las madres— en la comunicación digital. La exposición de los hijos como “mini influencers” comienza a ser cuestionada, dejando espacio para que las momfluencers asuman una posición aún más relevante, consolidándose como voces legítimas tanto para otros padres como para marcas que deseen conectar con esta audiencia.
El reto, claro, está en mantener esa autenticidad ante el crecimiento comercial. Pero una cosa es clara: las momfluencers ya no son una tendencia pasajera. Hoy son constructoras de marca, curadoras de tendencias, creadoras de comunidad y catalizadoras del consumo. En definitiva, son las nuevas líderes de opinión de la economía familiar en América Latina.
*Comunicado de prensa
